Un perceptor consumado percibe a las conciencias orgánicas como un sol brillante colocado en el lado o compartimiento izquierdo del capullo y un sol negrísimo, parecido al disco solar en un eclipse de sol, en el lado o compartimiento derecho. A las conciencias inorgánicas se les percibe igual, sólo que son soles tubulares. Los nahuales de tres puntas tienen dos esferas negras y una brillante. Los nahuales de cuatro puntas presentan dos compartimentos negros y dos radiantes. Los compartimentos esféricos del nahual de cinco puntas son negros, en número de cuatro y uno luminoso. Las técnicas para acceder al gran capullo mayor se referían al movimiento del punto de encaje o de los compartimentos luminosos hacia los oscuros. Al juntarse, la luz se reabsorbe y los puntos de encaje de cada compartimiento coinciden, dando lugar a una esfera oscura gigantesca con el poder de adherirse a la membrana exterior del gran capullo mayor y deslizarse sobre ella, pudiendo además ingresar desde cualesquier punto del exterior al interior, principalmente a los cuarenta cuadrantes de emanaciones estructurales. A la superficie esférica del gran capullo mayor, también se le conoce como el umbral de la cuarta atención. La energía al expandirse se ilumina y al contraerse se apaga. Los compartimentos esféricos y cilíndricos luminosos son energía dinámica en expansión y los oscuros son energía estática retráctil. Al perceptor le parece que uno sube en espiral y el otro desciende oscilando en oleadas.
Contenido extraído del libro "El nahual de cinco puntas" Autor: Domingo Delgado Solórzano.