sábado, 14 de junio de 2008

Planeta prisión (fragmento del nuevo libro)

......… Su figura se fue desvaneciendo al pronunciar sus últimas palabras. La piedra se apagó. Sabía que no debía tocarla. Encendí la linterna de baterías y salí de la caverna. Bendito planeta. ¿Quién nos envía aquí a pagar qué? Infierno llamado tierra. Repleta de bichos para hacernos la condena imposible. Nos proporcionan cuerpos miserables genéticamente defectuosos. Enfermedad; el castigo fundamental. Pero lo más brutal; no llegamos de uno en uno. Nos envían por millones. La crueldad, ambición, corrupción, la falta absoluta de respeto a la vida. La guerra; estos son nuestros reales castigos. El sistema solar es el presidio mayor del entorno cósmico. Al morir, nos desmiembran la conciencia y nos exprimen hasta la última porción de percepción. Envasan el dolor y el placer. Nos enlatan con sabor a todo para engullirnos cual vacas enlatadas. Somos medio descendientes de los ángeles caídos. Estos en la prisión Júpiter se gestan para alimentar. Son más grandes, jugosos y sabrosos que nosotros simples humanos.


Nos implantan en los mundos presidio, nos engordan con dolor y placer y… Brincando piedras y troncos caídos al bajar las montañas me sentí con sabor a marrano flaco. La unificación de las fuerzas de expansión (ampliación / aumentación) se relaciona con la relatividad, contrariedad y arbitrariedad de la percepción del lugar escalonado a lugares elípticos que los forman. Todo es tan relativo como la conciencia constructivista, tan contraria e incierta como la conciencia interpretativa y tan arbitraria como la percepción colectiva de las conciencias. Por esto...



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Contenido extraído del libro "Nahualtecas" Autor: Domingo Delgado Solórzano.