El silencio interior o ausencia total del diálogo interno que nos fija en el mundo cotidiano, no es otra cosa que el diálogo interior del águila en su estado de vigilia y su ensueño en su estado de letargo. Abandonamos el nuestro, entramos en el del águila, lo usamos para desplazarnos y entramos en otro diálogo interior que nos fija en otro mundo tan entero, denso y cotidiano como el nuestro. El lugar es lo que importa. Cada lugar se consume y nosotros con él. Al expandirse nos adelgaza y al contraerse nos tritura hasta que nos destruye. Solo siendo un lugar, consciente en nuestro caso, o sea, una estructura viva, podemos prevalecer y evitar la muerte como la conocemos. El conocimiento directo de todos los sucesos y acontecimientos nos llega, puesto que simplemente escuchamos o percibimos el diálogo interior del águila. Un conocimiento instantáneo que no podemos verbalizar, sólo actuarlo. Al ser parte del águila, obtenemos parte del diálogo que la anima; el que está más cerca de nosotros, el que fija nuestro punto de encaje. El resto queda tan cercano pero tan lejano a la vez, accesible únicamente al alcanzar la cuarta atención del nahual. Los seres inorgánicos dada su inmovilidad han podido observar incesantemente el diálogo interior del águila y descubierto las avenidas para entrar en él. Sus proyecciones son realmente pensamientos del águila. Estos elementos del águila que transportan imágenes llenas son componentes fundamentales de la serpiente. Se forman con ondas y oscilan, reverberan o chisporrotean energía. Esta energía bloquea segmentos de sí misma alargándolos o inflándolos. Debido a esto los perceptores primigenios creían que éramos el ensueño del águila.
Aquí sufrieron una gran equivocación, puesto que somos aparte de eso, más que nada el diálogo interior del águila. El ensueño del águila es la cuarta atención del nahual, donde el capullo convertido en un punto de encaje fija la totalidad del águila aprendiendo todo su conocimiento y no únicamente el sector que anteriormente fijaba como cuerpo físico-energético individual. Lo anterior lo logra dada su naturaleza libre como punto de encaje individual e independiente.
Contenido extraído del libro "El nahual de cinco puntas" Autor: Domingo Delgado Solórzano.
Aquí sufrieron una gran equivocación, puesto que somos aparte de eso, más que nada el diálogo interior del águila. El ensueño del águila es la cuarta atención del nahual, donde el capullo convertido en un punto de encaje fija la totalidad del águila aprendiendo todo su conocimiento y no únicamente el sector que anteriormente fijaba como cuerpo físico-energético individual. Lo anterior lo logra dada su naturaleza libre como punto de encaje individual e independiente.
Contenido extraído del libro "El nahual de cinco puntas" Autor: Domingo Delgado Solórzano.